Para llegar a las conclusiones y descifrar cualquier hecho criminal, lo que importa son las evidencias, los datos duros que se encuentren para poder fincarle la responsabilidad a quien le toca. Más allá de las especulaciones o suposiciones, lo cierto ante un suceso delictivo son los hechos y éstos, una vez comprobados científicamente en términos forenses, son irrefutables.
En el caso de la muerte de la niña Paulette son bastantes los indicios de la probable participación de cuando menos dos personas en el fatal desenlace que tiene todas las características de un homicidio intencional: la madre, Lisette Farah y otras más la cual aún no se ha podido establecer su identidad, pero que en principio la Procuraduría mexiquense señaló a Amanda de la Rosa, amiga de la madre de Paulette desde hace 25 años.
Para poder observar el probable desarrollo del suceso es necesario hacer un recuento y establecer la dinámica de tiempos y su relación con los actores desde el momento mismo de la desaparición de la bebecita.
1.- El 21 de marzo, el padre de Paulette, la entrega, junto con su hermana de siete años, a su madre en el lobby del lujoso edificio en Interlomas. Regresaban de un día de campo en Valle de Bravo. Este hecho fue testimoniado por los vigilantes y por tanto desmarca a Mauricio Gebara de la escena del crimen.
2.- Esa noche ambas son conducidas a su habitaciones por la madre, quien refiere que la acostó en forma normal en una cama matrimonial, que para empezar es un tamaño desproporcionado para una niña de cuatro años. Farah explicó que apenas 15 días antes le había cambiado esa cama por la cuna. Dadas las características físicas de Paulette, todo sugeriría que este último mueble podría Paulette dormir con mayor seguridad, sin embargo, quién sabe porqué, su madre decidió a cambiarla a la cama que evidentemente representaba mayor riesgo para la niña.
3.- ¿Qué pasó entre la noche del 21 de marzo y la mañana del 22? Definir lo que ocurrió en estas horas podría dar más pistas acerca del fallecimiento de la niña. La madre afirmó que por la mañana una de las sirvientas se percató de que la niña ya no estaba.
Aquí resulta evidente que el cuerpo de la niña fue movido unas horas antes de que llegara la servidumbre. ¿Pero a dónde lo trasladaron? Seguramente al techo del edificio. Con el nivel de contaminación que hay en la zona y al aire libre el olor del cuerpo podría haber sido imperceptible aún para un binomio canino.
4.- Una vez que la madre “denunció” la desaparición, la Procuradauría inició con las investigaciones y lo primero que hicieron los especialistas fue revisar el departamento. No vieron el cadáver de Paulette porque no estaba ahí como tampoco en la segunda revisión por parte de los peritos.
5.- Tras caer en contradicciones, la madre fue arraigada junto con el padre y las dos niñeras. Es probable que en los interrogatorios saliera alguna verdad que aún no ha sido informada por el procurador Alfredo Bazbaz dado que resulta coincidente que durante este periodo los peritos se dirigieron exactamente a donde ya habían ido antes, a la recámara de Paulette y la encontraron, muerta.
6.- ¿Cómo llegó el cadáver de la niña a es lugar? Probablemente fue trasladado por alguna persona que tenía conocimiento de lo que había pasado la noche del 21 de marzo, de ahí que se ordenara la búsqueda de Amanda de la Rosa.
7.- Los padres fueron desarraigados y también las niñeras con las reservas de ley. Sin embargo el comportamiento raro de Lisette Farah aún se mantiene vigente.
En la entrevista con Adela Micha, la señora evadía las respuestas y siempre se refirió a Paulette como la “niña”. Cuando la entrevistadora le preguntó directamente si había participado en el probable homicidio de su hija, Lisette fue una vez más evasiva y soltó una frase que se asemeja mucho a un chantaje sentimental: “Solo quiero llorar a mi hija”, pero no contestó concretamente la pregunta de Adela Micha.
8.- Asimismo hay una grabación, un conversación entre la madre y la otra hija, Lisette, que por cierto no salió mucho en el tema, en la que entre otras cosas se dice una frase, corta, pero significativa “si no hay evidencia, no tienen nada”. Sobre esto el procurador tampoco ha informado fehacientemente, ni sobre el hecho de que la ropa que tenía puesta Paulette al ser encontrada, estuvo colocada sobre la cama los días anteriores. En fin, todo esta raro.
En la historia mundial sobre hechos delictivos una cosa ha quedado demostrada, que no hay crimen perfecto. Si hay la voluntad por parte del gobierno de Enrique Peña Nieto para que este caso se esclarezca, seguro que se va a resolver, de otra forma no.
En entrevista televisiva, Mauricio Gebara dijo que Paulette había sido sepultada con “todo los honores”. ¿Qué no hubiera sido mejor que la bebecita viviera aún con todo los amores?