La Guardia Civil investiga las "versiones contradictorias" de los vecinos y de la familia sobre las circunstancias de la muerte de un niño de dos años tras ser atacado por un perro de su familia en la localidad pontevedresa de Pazos de Borbén, según indicaron fuentes del Instituto Armado y de Protección Civil de la zona.
Se trata de esclarecer, según explicaron, si el perro de raza pit bull que el sábado atacó al niño se encontraba "suelto o atado", a fin de determinar la responsabilidad de la familia del pequeño, fallecido al poco de su traslado al Hospital General de Vigo a causa de las heridas producidas por los mordiscos.
Los hechos tuvieron lugar en el lugar de O Mosteiro, perteneciente al término municipal de Pazos de Borbén, en torno a las 19.00 horas.
El perro, propiedad de la familia del niño fallecido, mordió al menor causándole múltiples heridas, por lo que debió ser trasladado al centro hospitalario en helicóptero, donde falleció al poco de llegar.
Por su parte, el alcalde del municipio, Andrés Iglesias, explicó a Europa Press que el abuelo del menor "colgó" al perro tras la agresión.
Raza "peligrosa"
Según la edición digital de El País, todo apunta a que un descuido de la familia permitió que el menor se acercara al recinto vallado donde se guardaba al perro, que lo enganchó y lo mató a dentelladas. La Guardia Civil investiga las causas del suceso y si se observaron las medidas de seguridad que marca la ley para este animal, de una de las razas consideradas peligrosas.
La Ley de Tenencia de Animales Potencialmente Peligrosos de 1999 obliga que estos perros, cuando están en fincas, se encuentren "atados o en un habitáculo que proteja a las personas o animales que accedan o se acerquen a ese lugar". En la calle, están obligados a ir con bozal y cadena o correa no extensible.